martes, 6 de diciembre de 2011

Noviembre -

Hay días en los que hablar me cuesta terriblemente. Esos días en los que estoy en una especie de trance con mi mente. Sólo quiero cerrar los ojos y sumirme completa y absolutamente en mis pensamientos. Imaginar, volar, fantasear, recordar. Días en los que no estoy interesada en interactuar con ningún otro ser. Sólo yo, música y pensamientos flotando. A simple vista, cualquiera podría decir que estoy triste. Sin embargo, no se trata de eso en absoluto. Son momentos que uno necesita o al menos es mi caso. Instantes para reflexionar, para divagar, para disfrutar de un poco de surrealismo. Tampoco son los mejores días de mi vida, pero son tranquilos y totalmente necesarios. Sirven para frenar con la vorágine de la rutina diaria. Para olvidarme un poco de todo y acordarme un poco de vos.


Con ustedes, otro temazo de este hombre que cada día me enamora más...

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