domingo, 6 de mayo de 2012

Yo se que esas cosas mínimas a las que yo les dirijo toda mi atención no son tan importantes como creo. Me suele ocurrir que al principio, no me focalizo tanto en este tipo de pequeñeces, por así llamarlas. Sin embargo, en algún momento, las empiezo a tener en cuenta. Y es ahí cuando hago un giro. Ya no me convence tanto esa persona. No cumple con muchos "requisitos básicos", que más allá de que yo sepa que no hacen a las personas, no puedo no pensar en ello.

A veces me doy cuenta de que soy poco exigente, sólo hasta que me pongo a analizar a fondo. Ahí es cuando pido, que ese hombre sea fanático de Black Sabbath, pero le guste Piazzolla. Que le guste el futbol, los deportes, la picada, la birra, el porro, los abrazos, ir al parque, reír. Que podamos ver una película de Woody Allen, pero también los Simpsons. Que soporte mis insultos y que no se canse de mis besos. Que se emocione tanto con El Secreto de sus Ojos como con El Ruiseñor y La Rosa. Que aborrezca el capitalismo,  la religión, los estereotipos y a la generalidad de la sociedad. Que tenga un pensamiento crítico y un lado romántico. Que le gusten los recitales, los videojuegos y andar en bici.

No sé, tal vez pida demasiado. Mientras, sueño con Ozzy.

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