Señoras y señores, Anita aprendió a andar en bici. (Risas). No, no sabía. De chiquita yo andaba en rollers, en patineta, no en bici. Nunca aprendí después. Y pasaba el tiempo y cada vez era más difícil que aprenda. Hasta que me harté. En el verano Flor empezó a salir con una bici bastante chica, que me vino al pelo para aprender. Pero me quedé en aprender a pedalear y no caerme. La bici de mi amiga se rompió, y nunca más.
Después apareció Darío, que me regaló una bici de cuando era chiquito. (Risas nuevamente) Chiquita, rosa (no me pregunten por qué mi amigo de chico tenía una bici rosa, porque no lo sé). A mí no me importó. Pero me la dió en el invierno, y como soy una colgada, quedó ahí, estacionada en mi pieza.

Hasta el sábado pasado. Cami encontró su bici, el día estaba soleado con un cielo diáfano y un clima primaveral excelente. Dijimos " Es el día" . Llevamos a inflar las bicis y nos mandamos por Potosí, que tiene bicisenda (después nos dimos cuenta de que eran sólo 3 cuadras) hacia el Parque Centenario. Y llegué sana y salva. No sólo eso, volví andando también, esta vez por Bartolomé Mitre, que no sólo no tiene bicisenda, sino que es mucho más transitada y pasan bondis. No me banqué la avenida, pero me banqué Mitre. Todo con ayuda obviamente, de mi guía Cami. Estábamos tan felices (ella por volver a salir con su bici, yo por haber cumplido con una de mis metas) que seguimos andando por el barrio, dando vueltas, paseando. Ese día cuando llegué a mi casa, tenía esa sensación de realización personal que me invadía.
El mismo domingo (día de la madre) agarré la bici y sin guía ni ayuda, me mandé para Parque Chacabuco a visitar al rastaboy Tute. Y llegué sana y salva (por poco). Lo primero que dijo Tute cuando me vió fue "¿Vos saliste a la calle sola con esa bici? Estás loca, pero te banco." Obviamente riéndose (esta bici tiene efecto en la gente, es increíble).
Y sí, éstos sucesos que parecen simples, sencillos, mínimos, comunes, normales, a mí me alegraron como hace mucho que no me alegraba. Ahora me vine a enfermar, y con éstos días hermosos me moría de ganas de salir con la bici hacia donde el viento me lleve. Pero en cuanto me recupere, lo voya hacer, aunque llueva.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario