miércoles, 4 de enero de 2012

Los sentimientos no podían cambiarlos; es más, ni uno mismo podría suprimirlos... Sin duda, podrían saber hasta el más pequeño detalle de todo lo que uno hubiera hecho, dicho o pensado; pero el fondo del corazón, cuyo contenido era un misterio incluso para su dueño, se mantendría siempre inexpugnable.

No hay comentarios.: