sábado, 17 de abril de 2010

.


Es increíble como sólo con una mirada podés provocarme,
todas éstas sensaciones que ya creía olvidadas en mi vida.
Me hacés sentir segura, me hacés sentir cómoda,
me hacés sentir bien.
Es la simpleza de tu sonrisa y la ternura de tus palabras,
las que lograron ablandar la piedra que llevaba en mi pecho.
Lograste sacar de mí, una persona que no recordaba que llevaba dentro mío.
Me hiciste capaz de entregarme por completo a otra persona,
sin importar que pasara después.
Me sacaste el miedo a querer, el miedo a querer de más.

No hay comentarios.: