lunes, 25 de junio de 2012

O que será

Creo que no hay situación más desconcertante que aquella en la que no podés interpretar tu propio accionar. Uno supone que siempre va a entender sus propios pensamientos. Sin embargo, hay momentos en los que decimos y hacemos, dejándonos llevar por algún tipo de fuerza subconsciente que se apodera de nosotros. Es en ese preciso momento, en ese instante de contradicción entre lo que creés saber acerca de tus pensamientos y tu comportamiento real, en el que un desconcierto enorme te invade. Llegué al punto de no estar segura de saber qué es lo que siento. Ya no doy nada por sentado: de hecho, acepto que no se qué es lo que quiero. No sé si mi mente, mi corazón, mi subconsciente, o quién sea que esté dentro mío metiendo mano a diestra y siniestra en mi vida, lo sabe. Sólo se que yo ya no puedo asegurar nada.

¿Ese hombre me gusta, me atrae, me interesa verdaderamente o ninguna de las tres? No lo sé. Entonces, ¿debo sucumbir ante los impulsos de mi cuerpo y dejarme llevar por aquello que "me sale" hacer o decir en el momento? Presiento que es peligroso. Tengo el concepto (por ahora) de que cuando uno deja llevarse por los impulsos, suele equivocarse. Los impulsos son muy engañosos o al menos yo ya tengo experiencias no muy gratas dejándome llevar por los míos. Quizás sea a causa de esa confusión que llevo dentro, en la que hasta mis propios impulsos no saben lo que quieren... y van probando.

Y en este enredo de pensamientos, sentimientos e impulsos desencontrados, está Chico Buarque para alegrarnos una fría mañana de capuchinos y apuntes de Gramática Inglesa II.

No hay comentarios.: