Inexplicables las sensaciones que me produjo este recital. Fue algo diferente a todo lo que viví antes. Estuve en muchísimos recitales que hayan sonado bien, que hayan tenido buena producción, que hayan sido de alguna banda mítica o de una banda que signifique mucho para mí. Pero esto fue distinto a todo. Pink Floyd es distinto a todo. Fue simplemente maravilloso. Por dos horas estuve metida plenamente dentro de The Wall. Me sentí allí dentro. Sentí las palabras que Roger decía. Entendía su significado. Me transportó a otro universo. Ver como después de 32 años, todo lo que él decía, sigue teniendo total y completo sentido. Increíble, emotivo. Realmente, me sentí parte de un momento histórico. Tanto para el mundo como para mi vida.
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