domingo, 30 de enero de 2011

Albie & Ally



Mágico. Te banco Javier.

last saw

Nunca voy a olvidar la expresión de tu cara el último día que te vi. Aquella última mirada, la llevo en mi retina como una cicatriz que jamás podrá ser borrada. Recuerdo todo de ese día. Ese último encuentro. Esa última noche en la que nos limitamos a abrazarnos y nada más. Ese abrazo en el que yo me sentía protegida, acompañada y hasta querida. Dentro de esas cuatro paredes yo me sentía de la manera más maravillosa. Tus gestos, tu pelo, tu sonrisa. Todo ese día fue diferente. Ya sentía yo, ese abismo que se iba abriendo entre nosotros. Pero no lo ví. O será, que no lo quise ver. ¿Para que amargar nuestro último encuentro? ¿Por qué no mejor disfrutarlo, como si hubiera sido cualquier otro? Y así lo decidí. Cerré los ojos, te abracé, quizás sabiendo que ya no iba a volver a hacerlo. Me costó dormirme, porque no quería despertarme e irme. Sabía que allí terminaría. Pero, era tanta la paz que me transmitías vos, tu casa, la situación... que me dejé llevar. No presioné las cosas como solía hacer. Comimos, reímos, disfrutamos y llegado el momento, nos entregamos al tiempo. Todavía recuerdo el momento en el que me desperté, como si hubiera sido ayer. Ese café, tuvo otro gusto. Ya todo tenía otro tinte. Pero yo miré siempre para otro lado. Disfruté. Jamás me voy a olvidar de esa mañana perfecta. De tu sonrisa, tu cuello. Acostados sobre el frío suelo, abrazados. Y llegado el momento, me tuve que ir. Hasta el viaje el ascensor tuvo un gusto distinto a las otras veces. Me mirabas tan diferente. Sentía en aquella mirasa el cariño, pero también hasta la lástima. Aquellas dos cuadras hasta la parada del colectivo, me parecieron más cortas que nunca. El colectivo, jamás había llegado tan rápido. Fue ese el momento en el que dejé de mentirme. Sabía que esto estaba llegando a un final. Así que te besé, sin preguntarte, sin avisarte. Te di el beso más sincero que di en mi vida, y me subí al colectivo. Y te miré, me miraste. Sentí en tu mirada que me estabas despidiendo. Sentí en esos ojos que ya no volvería a vivir jamás una noche como esa. Vi tu espalda, alejándose. Tu pelo, despeinado. Los pantalones grandes, y un paso chistoso. Las manos en los bolsillos. Tranquilo, calmo. Sabiendo que habías cerrado aquel asunto que te tenía preocupado. Y yo, en el colectivo. Entretejiéndome en mis pensamientos. Intentando negar lo innegable. Desesperada por entender como podía enamorarte, mantenerte cerca mío. Sin saber disfrutar el fin de las cosas tanto como el comienzo.

sábado, 29 de enero de 2011

Stop it going on !

Es loco, porque este tema lo escuché por primera vez cuando tenía 1 año, edad de la cuál recuerdo poco y nada. Pero este recuerdo, lo llevo nítido en mi retina. Me acuerdo del video, me acuerdo de la fonética de la letra, me acuerdo del sonido del comienzo (que me llamaba poderosamente la atención, pero cuando uno es chico no cuestiona, disfruta). Sobre todo, recuerdo que miraba a los animalitos del vídeo, y me daban pena.

Tengo la imágen grabada, del día en que lo pasaron por Much Music y mi papá sacó ese viejo VHS (hoy viejo en realidad) en donde grababa esos vídeos que le gustaban para volver a verlos (cuando el youtube no existía ni en los pensamientos de los más imaginativos). "Negra, ponelo a grabar que yo nunca entiendo esta mierda". Realmente no se si fueron esas sus palabras, pero encajarían perfectamente en la situación y en la boca de mi viejo.

Hoy, me dieron ganas de escuchar este tema (hay un por qué, pero creo que no viene al caso). Lo busqué en youtube, lo ví. Pero, no fue lo mismo. Así que, como es predecible a esta altura del relato, fui a buscar ese dichoso VHS. Lleno de polvo, se escucha feo, se veo peor. Pero, ahí están los recuerdos musicales de toda mi infancia. Desde Jamiroquai, hasta las Spice Girls, pasando por los Jackson Five y US3.

Lo vi y me dieron esas terribles ganas de volver a esa época en mi vida. A esa edad, a esa vida, sobre todo a esa persona que era, a esa chiquita con rulos desparejos que bailaba Jamiroquai sin entender por qué, simplemente dejándose llevar por el swing.

Stop it going on dice Jay, con la destrucción del mundo... pero yo lo digo, también con el correr del tiempo, que se me están escapando los mejores años.

jueves, 27 de enero de 2011

Dreaming awake

No es necesario que existas, para estar acá, junto a mí. No es necesario que hables para que escuche el dulce rumor de tu voz, casi como un susurro que apenas roza mis oídos. No hace falta que me toques, para sentir tu piel sobre la mía.

No necesito que nada de lo que sueño cada día, realmente pase. ¿Para qué están los sueños sino? Allí vivo todo aquello que no puedo vivir en el mundo real. Y es verdaderamente mucho, lo que no puedo concretar en el mundo real, así que su suposición es correcta: paso demasiado tiempo soñando.


Talvez, un día me dedique completa y absolutamente a soñar. A vivir allí, donde todo es posible. ¿Para qué quedarme en una realidad que no disfruto, si en los sueños soy tan feliz... si es en ellos, en donde siento las cosas de una manera casi tan mágica como en la vida real?

Sueños, si algún día quieren rebelarse y volverse realidad, no me opongo. Pero mientras, sigan siendo tan maravillosos como lo son, haciendome en cada viaje en bondi de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa, la mujer más feliz del mundo.

miércoles, 19 de enero de 2011

El último partido de Rosendo Bottaro

Había jugado muchos años en primera. Ahora, unos muchachos lo habían convencido para que integrara un cuadrito de barrio en un torneo nocturno.
-Con usted, Bottaro, no podemos perder.
Bottaro no era un pibe, pero tenía clase. Confiaba en su toque, en su gambeta corta, en su tiro certero.
Su aparición en la cancha mereció algún comentario erudito:
-Ése es Bottaro, el que jugó en Ferro, o en Lanús...
Se permitió el lujo de unos malabarismos truncos antes de empezar el partido.
La noche era oscura y fría. Las tristes luces de la cancha de Urquiza dejaban amplias llanuras de tiniebla donde los wines hacían maniobras invisibles.
En la primera jugada, Bottaro comprendió que estaba viejo. Llegó tarde, y él sabía que la tardanza es lo que denuncia a los mediocres: los cracks llegan a tiempo o no se arriesgan.
Pero no se achicó. Fue a buscar juego más atrás y no tuvo suerte. Se mezcló con los delanteros buscando algún cabezazo y la pelota volaba siempre alto.
Apeló a su pasta de organizador: gritó con firmeza pidiendo calma o preanunciando jugadas, pero sus vaticinios no se cumplieron. Ya en el segundo tiempo, dejó pasar magistralmente una pelota entre sus piernas, pero el que lo acompañaba no entendió la agudeza.
Después se sintió cansado. Oyó algunas burlas desde la escasa tribuna. En los últimos minutos no se vio. A decir verdad, cuando terminó el partido, ya no estaba. Lo buscaron para que devolviera la camiseta, pero el hombre había desaparecido. Algunos pensaron que se había extraviado en las sombras del lateral derecho.
Esa noche, unos chicos que vendían caramelos en la estación vieron pasar por el camino de carbonilla a un hombre canoso con casaca roja y pantalón corto.
Dicen que iba llorando.


A.D

domingo, 2 de enero de 2011

Set you free ~


Comienza a percibirse esa sensación de libertad. Esa por la cual, sentís que esas alas que siempre estuvieron sobre tu espalda, recién ahora logran desplegarse, y emprenden el vuelo. Un viaje que no tiene destino, que no tiene ruta determinada. Que empieza y se va dibujando mientras se transita sobre él. Que se ve como corre hacia el horizonte, y se pierde en esta línea, donde la tierra y el cielo se encuentran. Allí, donde los límites no existen, donde el aire es puro y el agua cristalina. Donde el aire corre sin cesar, y el templado calor de los rayos solares te acogen hasta terminar el día. Áquel momento, en el que las estrellas se suman a la danza estelar con la luna que, entre tanto, ilumina lo necesario para seguir andando. Seguir por ese camino que no tiene un punto fijo, un objetivo. Que simplemente se deja llevar por la inercia de la vida. Se aventura en lo desconocido y te lleva a conocer, a experimentar. Se entrega sin miedo ni perjuicio alguno. Se abre a un mundo nuevo, dispuesto a llenarse de experiencias, de sabores, de personas, de lugares, de sensaciones nunca antes vividas. Se deja atrás todo lo que se conocía hasta este instante, y de un momento al otro simplemente te liberás: te echás al mundo.

sábado, 1 de enero de 2011

I love you.


I do not love you as if you were salt-rose, or topaz,
or the arrow of carnations the fire shoots off.
I love you as certain dark things are to be loved,
in secret, between the shadow and the soul.

I love you as the plant that never blooms
but carries in itself the light of hidden flowers;
thanks to your love a certain solid fragrance,
risen from the earth, lives darkly in my body.

I love you without knowing how, or when, or from where.
I love you straightforwardly, without complexities or pride;
so I love you because I know no other way

than this: where I does not exist, nor you,
so close that your hand on my chest is my hand,
so close that your eyes close as I fall asleep.