sábado, 16 de abril de 2011

Cry Baby

Estaba en una fiesta. Él me habalaba y yo sentía que desde la primer palabra que habíamos cruzado, una conexión mental se había establecido. No sabía como explicarlo, pero estabamos conectados de alguna manera. la charla fue fluída, siempre tuvimos algo más que contarnos o preguntarnos. Esa es la ventaja de la primer noche que conocés a alguien: siempre hay algo más. Y aún así, siempre te escondes un par de joyitas para tirar en la próxima. Si es que hay próxima. Éste, no fue el caso.

Hacía rato que veníamos hablando. Rodeados de personas, pero con esa sensación de estar solos. Tirados en el sillón, comodísimos, tomando una birra. Hablando de la vida de una manera que daba a entender que podríamos haberlo hecho por muchas horas más. Nos entendimos, o eso creí.

No es que recuerde todo lo que hablamos. De hecho, no recuerdo casi nada. Sólo eso puntual que dijiste, que no estoy muy segura por qué, pero me tocó de alguna manera. Me impactó. En verdad, no me lo esperaba en absoluto. Talvez, para cualquiera hubiera sido un dato al margen, algo al pasar. Pero yo suelo darle importancia a esas pequeñas cosas, por sobre muchas otras que suelen parecer importantes pero que en definitiva no lo son.

Me acuerdo muy bien que cuando dijiste el título de ese libro, se me abrieron los ojos inmediatamente. Estaba diciendo el nombre de ése libro. Ése libro que tanto marcó cierto momento de mi vida, de mi infancia. Pareciera que exagero, pero realmente es un libro que quiero mucho.

No sé si te demostré mi sorpresa y mi admiración, tanto como ahora lo hago acá. En realidad, estoy muy segura de que no. Pero creo que en cierto punto, no me quedé con nada de lo que hablamos, ni siquiera tengo la imágen de tu rostro guardada. Me quedé con el título. Al día siguiente, me senté en la computadora y lo busqué online. Ni siquiera gasté tiempo en buscarlo en mi biblioteca porque ni siquiera recordaba si era yo quien lo tenía, o una amiga con quien siempre intercambiaba libros. Simplemente lo busqué, y tardé bastante en encontrarlo. Pero lo hice.

Lloré. Pero me hizo bien.

Ah, "Los ojos del perro siberiano".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Debo decir que no lei el libro.
Pero vicié como un hijo de puta con el Space Invaders que tenés ahí abajo de todo y te quiero por poner ese gadget ahí, sabelo.