Anxiety.

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Todos tenemos momentos
en los cuales nos desborda la ansiedad.
Es algo humano,
es parte de nuestra naturaleza.
Se aparece como si nada,
y no la podemos controlar.
Toma poder sobre nosotros,
y nos hace hacer cosas que jamás pensaríamos en hacer.
Saca un lado de nosotros que probablemente no conocemos.
Nos hace sentir cosas, que no sabíamos que existían.
Nos hace ver de una manera que no nos habíamos visto.

Pero la ansiedad no viene sóla, ni porque sí.
La ansiedad existe cuando tenemos algún interés sobre algo o alguien.
Cuando necesitamos que pase alguna cosa.
Cuando esperamos que ESO ocurra.
Cuando, generalmente, no tenemos poder sobre tal accionar,
sólo debemos sentarnos a esperar que pase.
Y eso es lo que nos vuelve locos,
la espera.

El tiempo pasa tan lento que sentimos que cada segundo,
es un puñal sobre nuestra piel.
Que cada minuto que pasa es un año.
Que cada hora, es un trago amargo.
Nos transformamos en seres irracionales,
nos ponemos nerviosos,
nos invade el miedo, la tentación,
el no saber cuánto tiempo falta..
la incertidumbre.


Necesitamos ocupar nuestra mente con otra cosa,
ocupar nuestros pensamientos..
lo cual ciertas veces pareciera inútil.
Esa imágen no se borra tan fácilmente de nuestra cabeza.
Necesitamos que ESO ocurra.
Que esa persona aparezca.
Que nos llame.
Que esté junto a vos en este preciso instante.
Darle un beso y un abrazo.
Sentir su piel sobre la tuya.
Oír su voz aunque sea por un instante.
Sentir su respiración.

Y una vez que eso ocurre,
vuelve a terminar.
Vuelve a terminar aquel paraíso al que habías llegado,
vuelve a acabar ese momento tan esperado.
Y vuelve la espera, el trago amargo,
y el tiempo que no pasa.